lunes, julio 9



Que las Palabras sean Balas. Marrichiwew.

Andrés Bianque


Gorgojea el agua sobre las piedras asustadas, agitados respiran los árboles al verlos
venir, él va posando sus ojos de miel sobre un horizonte que cae de bruces, es en
eso, cuando siente el aguijón acerado enterrándose en su espalda y reventársele en
fragmentos el torso.


Desde su pecho pía una gavilla de gotas carmesí sobre la tierra.


Llueve plomo tangible sobre los bosques y sobre los hombres.


Y hace como ellos dicen, se queda, se detiene, se echa sobre el piso, quedado, se le
escapa la vida, la respiración le dice adiós lentamente. Instintivamente posa su
mano en ramaje de pájaro pequeño y siente la tibia sabia amaranta que le
abandona el cuerpo, empuja con sus ojos el correr de los otros.


Lo rodean, logra escuchar la respiración de perros metálicos que jadean a su lado,
se gruñen los unos a los otros, un ladrido más alto los instala como columnas del
terror a sus costados. No se muevan hasta que esté muerto.


Alguien lo llama por su nombre, alguien le susurra dentro de la sangre, Collío,
Collío y, una sonrisa pequeña de flor al alba se le dibuja en el rostro. Se levanta y entre 
lágrimas de orgullo lindo se marcha con ellos hacia los bosques. Su sangre se
queda macerando copihues en ciernes.


Los versos no levantan los muertos, los poemas no evitan las matanzas.  
Sólo la lucha decidida y frontal nos hace libre. 


Jaime Mendoza Collío, casi cinco lustros cumplidos, sin embargo, interrumpidos por un fiel
representante del valor de Carabineros de Chile, el cabo, Patricio Jara Muñoz, quién
lo asesinó de un balazo en la espalda.


A raíz del hecho rasgan vestiduras desde todos los sectores; Triste suceso acaecido,
se harán las investigaciones pertinentes, brutal asesinato, vengaremos tu nombre
etcétera.


Desde el podio de dominación, se envía el pésame, de hipócrita peso, cabe decir.


Otros lloran, maldicen, se toman catedrales, se toman avenidas y critican el aciago
acontecimiento. Loable. Laudable. Pero, ¿No se hizo lo mismo ante la muerte de
Matías Catrileo, Alex Lemún, de Rodrigo Cisternas?


 ¿Sirvió de algo? 


Una vez más, la pregunta de siempre; ¿Cuántos seres humanos deben ser
asesinados para que la gente, la supuestamente conciente, hago algo? ¿Diez, cien,
mil, diez mil?


Aparte de la Solidaridad Panfletaria , del llanto honesto, pero no más que
llanto, de la actitud paternalista idealista de ciertas causas que están de
moda, ¿Qué más?


Las organizaciones, las coordinadoras, los grupos de apoyo, los movimientos, los
partidos políticos, las personas afines y simpatizantes con la causa Mapuche no
sólo deberían condenar este nuevo asesinato perpetrado por el brazo armado del
capital.


Condenar es fácil, condenar es lo más obvio y recurrente.




Debemos organizar autodefensa, grupos de apoyo, logísticos, operativos, Unidades
de Combate contra la represión que no cesa. Utilizar todas las formas de lucha en
contra de un estado represor que se esconde detrás de un estado de derecho, que
no es más que la suma de cohechos.


Los chilenos tenemos tradición de ser muy habladores, y muy cobardes también.
“Los Cobardes son los que se esconden debajo de las normas” (Jean Paul Sastre) 
A lo largo de la historia de Chile, las fuerzas armadas han acostumbrado a usar y
abusar de gentes desarmadas.
Están tirando a matar.
Están usando balas con
intenciones de asesinar.
 Disparan por la espalda como ratas cobardes.
O sea, nada nuevo. 


¿Hasta cuándo nos quedamos solamente llorando y lamentándonos?


Con todo el respeto que las huelgas de hambre me producen, es necesario pasar a
acciones de mayor envergadura. Que ciertos sesudos analistas revolucionarios no
sigan esperando el momento exacto, las condiciones subjetivas y objetivas
favorables.


¿Cuántos muertos se necesita para que todos aquellos que blanden las banderas
revolucionarias y de guerrilla, salgan de la modorra?


Los Muertos que vienen serán nuestra responsabilidad, si no hacemos más que
discursear.


Que se levanten no sólo los párrafos de historiadores e historias aguerridas
antiguas, contra los explotadores e invasores, no que se levanten sólo párrocos
sociales y su misericordia discursiva, natural elegante y lacerante como reemplazo y
consuelo para nuestros fracasos.


Miles de Mapuche, para que luchen sólo unos cuantos. ¿Y los demás, dónde están?
¿Escondidos, vendidos, acomodados, asimilados? ¿Vendiendo sólo platería
autóctona para los turistas? ¿Ahí se acuerdan de sus ancestros? ¿Limpiándole el
establo al señor feudal que los deja quedar?


No todos los Mapuche son Peñis, No todos los chilenos son Huincas
No todos los Peñis son Mapuche.


Que no sean estorbos como escombros derrotados que sólo obstaculizan el camino.


Que se acomoden más en el gobierno y ciertas instituciones, pero a la veda del
camino, lejos.


Que se queden callados los maricones cobardes de siempre, esos que intentan todo
el tiempo frenar las movilizaciones, por algún acomodo o prebenda, sean mapuche
o no mapuche.


Ya sería hora que aparezcan los fusiles, que aún están perdidos desde la época de
Carrizal, ya sería hora que ciertas coordinadoras y supuestos batallones, que
analizan tan bien el escenario actual, pongan un par de balas en vez de palabras.


Sería agradable escupirle en la cara al capitalista número uno, succionador de
ganancias a razón del predio A, a razón de la industria B, a razón de la forestal C.


Es poco probable (no imposible en todo caso) pero lo que sí es muy probable es que
nos encontremos con sus escoltas privados de propiedades privadas y ganancias
privadas, o sea, la policía chilena, grupos paramilitares, (conjunto de fracasados en
lo personal algunos y meros coyotes monetarios los otros) y todo aquel guardián
armado contra la causa mapuche.


Es a esos individuos a los que hay que hacerles frente. Son representantes de la
invasión a territorio que no les pertenece, ni a ellos, ni a sus patrones. Eso se llama
invasión y a los invasores se les combate con las mismas armas que usan para


someter al pueblo que ofenden.


Mayor de Carabineros, Marco Aurelio Treuer asesino de Alex Lemún debería
estar hace rato muerto de un disparo en la nuca, ajusticiado por asesino del
pueblo, su cabeza debería tener un precio hace mucho.


Sargento 1ro, Juan Mariman Levio, traidorcillo barato de su pueblo, asesino de
Juan Collihuín Catril, tendría que estar colgando del cuello en la Plaza de Temuco
como escarmiento a todos los asesinos, gatillos fáciles y traidores a su raza.


Seguro que las huelgas de hambre realmente hieren la gran sensibilidad de los
encomenderos, o los actos rebeldes en las iglesias suavizan o canonizan el plomo
como ostia sagrada cuando éste, entra en la carne…


Cabo Patricio Jara Muñoz, asesino de Jaime Mendoza Collío, dondequiera que ésta rata esté
escondida, hay que matarlo y punto. Reventarle la cabeza de un tiro.


¿Mejor no, es muy brutal la sugerencia?


Que tal si le hacemos una funa y le gritamos en la cara que es muy malo, después nos vamos a nuestras casas a ver como, su amigo o su compañero de institución mata a otro pobre, indio, cesante, y 
nos enteramos de todo esto por la tele, para nuevamente salir a la calle a sentarnos
y cortar el tránsito.


De acuerdo con eso. Hagámoslo.
 ¿Pero, y aparte de eso?


Lo social, lo político rebelde, lo antisistema, pareciera ser terapia para algunos.


Porque cuando hay que ponerse más serios y tomar medidas al respecto, aparecen
las típicas gallinas de espíritu y comienzan con el festival de excusas y cuentos.


Porque cuando pasa algo en Perú, son todos amantes y solidarios indígenas del
Amazonas, y ahora son todos bandera hondureña y sino, electiva fome, patética
farsa preocupación electoral.


Maníacos depresivos, hojas sin vida que cualquier vientecillo noticioso los lleva de
un lado a otro. Buenos para solidarizar con todo y, ¿Por casa cómo andamos? Como
no han matado a nadie en algún período de tiempo, se les olvida a muchos que los
Mapuche existen.


Un bus de Carniceros de Chile apostado en las cercanías a las Comunidades
desaparece bastante fácil con un RPG7 al hombro, ¿Cómo nadie va a tener un
lanzacohetes que le sobre en la casa o barretín?


Y a última hora, a empezar a hacerse más amigo de los tubos de PVC y fabricarlos en forma casera, lo mismo con granadas artesanales de fácil confección. 


El asunto es que sientan miedo, que lo piensen dos veces antes de disparar y
reprimir, que mejor se excusen y les digan a sus superiores, Vayan ustedes. Que el
paco raso y el alto, sepan que no van de cacería de patos donde nadie tira un
miserable petardo de vuelta.


Que no se sientan en total impunidad, o ¿Cómo es que arrasan con niños y mujeres
todo el tiempo?


Son herederos de la herencia genética brutal de la dictadura que es
sólo muerte, se sienten a salvo bajo el bálsamo barato de reconciliación e
impunidad regalada por La Concertación.


Levántate Mapu Lautaro y ven a mostrarnos cómo se les detiene hasta el
aliento. Haz lo tuyo Miguel, también lo tuyo Manuel.


Transformar la Araucanía en un nuevo Vietnam. Hombres, mujeres y niños contra
el invasor. No darles tregua, ni pausa, ni alto. Que junten miedo. Emboscarlos,
dejarles sus buenos Cazabobos en sus puestos o perreras estatales.


¿Les gusta la sangre, la cacería y los tormentos?
A darles de su propia medicina.


De seguro, de esa forma, rapidito se encontrarían, “repentinamente”, nuevas y 


civilizadas soluciones para los conflictos.


Firmen, juren, se persignen afirmando y aprobando ciertos decretos, será siempre
lo mismo. Acusándolos en forma internacional es lo mismo.


¿Acaso Pinochet se bajó de su trono, debido a la censura internacional? 
¿O fue la lucha frontal? 
¿Cuántos Mapuche permanecen encerrados en la cárcel esperando que el resto de
su pueblo haga algo más allá de andar llorando?


Lunes. Aparece alguien en tu casa y, te comenta que te golpeará hasta que se
canse, porque no estás de acuerdo en que se quede con tu hogar. Le comentas que
Dios nos hizo a su imagen y semejanza, que hay que amar al prójimo como uno
mismo. El sujeto en cuestión, emocionado limpia sus lágrimas y te pega hasta que
queda muy agotado.


Mientras te golpea en todos lados, tú insistes en ponerle la otra mejilla.


Martes: Aparece un sujeto y te comenta que te va a robar todo lo que tienes y que sí
te resistes o reclamas, te romperá todos los huesos. Tú le hablas del justo trabajo
que haces, que eres una persona honesta, que no le has robado nada a nadie, que
no has estafado, ni timado a alguna persona. Te expresa una mirada realmente de
admiración.


Te quedas sentado en una piedra, apoyando el yeso sobre el suelo.


Miércoles: Un individuo te comenta que le quedo gustando tu jardín. Se lo llevará,
si te resistes, te vas a la cárcel por desacato al poder.


Te dejará un hoyo con piedras, que ahí si quieres, te entretengas. Le hablas de salvar el planeta, lo verde, 
lo ecológico, los glaciares, los lagos, las plantitas y las abejas. Ya van 8 meses desde
que aquello pasó, lo cuentas siempre en los que te visitan los domingos.


Jueves: Alguien aparece y no te pregunta nada. Simplemente comienza a golpearte
lo que más puede. No me gusta que andes reclamando por todo, marchando,
panfletos, pancartas y alharacas. ¿Te gusta hacerte la víctima? Y acentúa la
expresión con un garrotazo en tus costillas.


Esto ocurre de lunes a viernes, ocurre de enero a febrero. Las 24 horas del día.


¿Sería insensato comenzar a defenderse? Te atacan con garrotes, tú lanzas pétalos
al aire.


Por lo general la gente pacífica no tiene nunca nada que perder.
Gandhi debería ver los millones de pobres que viven como animales, pero que no lo pasan tan mal si 
logran vender un cuadrito con su retrato a los turistas.


“Ojo por ojo y el mundo queda ciego” (Ghandi)


“Prefiero la oscuridad digna si es luchando, a la luz fingida y pacífica de los
carteles” (Anorak Emutiaa)


El Grupo de Operaciones Empresariales (Gope) entidad que opera bajo el mote de
Grupo de operaciones especiales de carabineros de Chile, son los primerísimos que
hay que enfrentar con todo. Son perros sin cerebro y sin sentimientos, más allá de
los aumentos salariales, narcisos sin remedio que se jactan de ser amaestrados por
los Estados Unidos. Hay que darles un tratamiento tipo Juba, el francotirador de
Irak.


(Un M16, de esos que abundan, en tiro-tiro, una mira telescópica adosada y se
puede hacer un muy buen día de campo y reventarles la cabeza de un balazo)


Porque si la policía le tiene terror y pavor a los narcotraficantes, no es porque el
vicio los pueda atraer y capturar. Es simplemente porque los narcos tiene armas
con que defenderse y eso, queridos amigos y enemigos, es fatal para la policía
chilena.


¿Gentes que se defienden y también disparan? No gracias. No puedo, me siento
enfermo.


Cualquier pueblo que no se tome en serio sus derechos, cualquier pueblo que
no luche con todo por su sagrado derecho a vivir y existir está destinado a la
extinción.


Que quede dicho y escrito que cuando pudieron hacer algo, una gran cantidad
sólo discurseó y discurseó.


Serán asimilados, de manera delicada y frágil, o terrible y sanguinaria, serán
exterminados como han sido exterminados otros tantos que pensaron que
rezando y sólo llorando y que el patrón les dejará decir media palabra, las
cosas iban a cambiar para mejor.


Levántate y Lucha.







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