“Y luego direis.. que somos cinco o seis….”
M.C
Barcelona, 27-05-2011, Plaça de Catalunya (Catalonia Square)
Esta es la más reciente editorial del Club de la Pluma, la publico porque desde que conocí a Norberto y su trabajo radial en Argentina , me reencanté con las comunicaciones populares que de un tiempo a esta parte vienen hacendo lo que dicen que no se debe hacer. (Canales de televisión comunitaria que transmiten cuando se les da la gana sin ningún sentido de responsabilidad, organizaciones de equipos de trabajo jerárquicas y machistas que no hacen más que reproducir el sistema que critican, portadas de periodicos alternativos que acusan los bajos salarios de los trabajadores mientras sólo se nutren de practicantes o le pagan una miseria a los periodistas que día a día les llenan las páginas que luego serán vendidas en publicidad a ongs y grupitos de izquierda ávidos por figurar...etc. etc. etc.) Está jodido... y es un desafío estar a la altura del poder revolucionario de lo que es verdadero.
SER O NO SER…PERIODISTA O COMUNICADOR…?
Desde niño tenía la particularidad de prestar atención a lo que ocurría en noticieros televisados y a las noticias que se transmitían en radios de la época.
Y cada vez que ocurría una entrevista, me quedaba una dejo de inconformismo, ya que no entendía por qué el que entrevistaba, no preguntaba lo que yo quería saber…
Ese inconformismo no fue variando a medida que el tiempo avanzaba. La tecnología mejoraba la calidad de los instrumentos utilizados en “comunicación”, pero la “comunicación” en sí, no mejoraba. Las falta de preguntas, según mi criterio, acertadas o necesarias para comprender y la distracción banal que fue cooptando los medios, hacían crecer en mí una fuerte crítica al cómo se ejercía la tarea periodística.
En los setenta y pico el desempeño periodístico tenía más que ver con la obsecuencia a un régimen dictatorial, que dictaba cada día la letra que debía transmitirse a la sociedad.
Aquellos que no fueron cómplices y actores en esa deformación de la comunicación, en su mayoría fueron desaparecidos, torturados, asesinados. Una opinión diferente era motivo suficiente para merecer picana o las variantes del submarino, o varios gramos de plomo desparramados en el cuerpo.
El transcurrir de la vida me fue llevando por distintos caminos, varios de ellos alejados de lo que, tiempo después, se manifestaría de manera contundente.
No obstante la inquietud por la comunicación crecía pausada, pero ostensible.
Ya de adulto comencé a observar la aparición, tanto en pantalla como en radio, de personajes que mostraban otra manera de hacer comunicación, de encarar la comunicación. Por su puesto eran los años ochenta, ya en aparente retirada la cruzada genocida.
Respondían a un nuevo modelo de comunicador; no obstante la dependencia con los poderes del dinero, siempre fue condicionando cada palabra, cada gesto, cada pensamiento a transmitir; perdiéndose la genuinidad de la tarea.
Mariano Moreno no hacía reportajes, no tenía entrevistados…ejercía la tarea de comunicador desde la pluma, vertiendo sus pensamientos y relatando lo que podía describir de realidades, hechos, momentos impregnados de historia.
No obstante aventuro, hoy estaría tomando revancha, indagándonos acerca de la tarea periodística, de la responsabilidad en la comunicación. Y más aún, conociendo la inmediatez de los hechos y las herramientas disponibles para transmitir casi al instante, las realidades desde casi todos los rincones del planeta, podría preguntarnos: ¿por qué demorar la verdad?
La proliferación y masificación de medios de comunicación, ha logrado que despertaran el interés por la tarea en muchos jóvenes y adultos.
La estructuración de carreras relacionadas a ello, permite conocer universos antes ocultos en la discusión de la tarea periodística. Asimismo, durante décadas, se ha utilizado como freno para el desarrollo “profesional”, considerando esto último a la posesión de un título que, sólo de por sí no garantizaba la capacidad.
Sería motivo de discusión si la titulación hoy es garantía de capacidad.
Los medios denominados alternativos, llevados adelante, por lo general, por quienes no accedieron a la formación académica, han cumplido un papel determinante a su hora en la luchas populares, en las conquistas sociales, en los movimientos de resistencia.
Pero como pertenecemos a una raza animal, que se caracteriza por estar constantemente viendo cómo hacer para deformar, torcer, controlar y a veces someter, también muchos de los medios alternativos imitaron el accionar de los monopolios comunicacionales: condicionando la información, excluyendo actores, relativizando acciones.
Ello ha conducido a que comenzaran a emerger los alternativos de lo alternativo.
Otro desafío para intentar desentrañar lo que significa la tarea “comunicación”, qué es el “ser periodista”.
Aún no están claras las líneas que dividen unos de otros, pero se están viendo las nuevas formas de entender el compromiso que conlleva en ser comunicador.
Pero, ¿estamos en condiciones de responderle a Mariano Moreno su hipotética pregunta? Una pregunta que es más un reto, un desafío: ¿por qué demorar la verdad?
Para ello, creo, deberíamos primero comprender que quien funda y redacta La Gaceta, Mariano Moreno, fue un revolucionario, independentista, continentalista y defensor de los derechos de nuestros originarios. Tenía clara conciencia de las realidades del momento y actuaba en consecuencia, defendiendo valientemente “la verdad”…
Sería bueno reflexionar si los que hoy nos denominamos comunicadores, estamos a la altura de éste héroe revolucionario de la palabra…
Que así sea…
NORBERTO GANCI –DIRECTOR- El Club de la Pluma