Septiembre es depositario de importantes hitos que marcan la historia y el presente de nuestro país, sin embargo, Gabriel Salazar, Premio Nacional y Doctor en Historia, dice no estar para recapitular ni hacer un cuadro tipo Icarito, sino que analiza la realidad más profunda del Chile actual. por Victoria, Diario Uno.
La rimbombante celebración del bicentenario, es uno de los caballitos de batalla más potenciados tanto por la Concertación como por el nuevo gobierno. En su nombre se levanta infraestructura, se rescata lo patrimonial y se pretende ante todo fomentar el sentido de unidad de los chilenos, evitando incentivar una reflexión masiva sobre lo que fuimos, somos y queremos ser como país. “Si reflexionamos, nos daremos cuenta que los sectores populares no tienen nada que celebrar”, explica Salazar.EL ESTADO VACÍO DEL CHILE 2010
Para Salazar no es posible hablar de septiembre, sin recordar el Golpe de Estado de 1973, no sólo por la importancia que tiene la memoria histórica, sino porque su impacto nos condiciona hasta ahora. “La obra de Pinochet y la Derecha está intacta hasta el día de hoy, porque la Concertación administró eficientemente este modelo de Estado neoliberal que no resuelve los grandes problemas sociales, sino que da bonos y sólo entrega limosnas”.
“Esta situación y el gobierno de empresarios que tenemos ahora son resultado, entre otras cosas, de la sangrienta destrucción que hizo la dictadura de lo que era la Izquierda, al punto de que hoy no tenemos Izquierda y el voto popular no tiene opción. El Partido Socialista y la Democracia Cristiana abandonaron sus raíces socialistas o de Humanismo Cristiano, dejando libre el camino para cualquiera que representara un cambio, como Piñera, pelele populista que come tallarines para el terremoto y tiene un sándwich con su nombre”.
La gravedad de esto, señala Salazar, es que continuar con este modelo significa no cambiar la realidad del mundo popular, que vive totalmente al margen de los privilegios que ha otorgado la modernidad. Aun cuando es una pobreza muy distinta a la de antaño.
CHILE A LO POBRE 2.0“Hasta 1940 los niños pobres andaban sin zapatos. Sucios, pelientos y con harapos, eran la expresión de una pobreza que se veía. Hoy, gracias a los créditos es posible acceder a los objetos de consumo, a toda esa porquería que se importa. En Chile todo el mundo está endeudado, pero nadie se siente pobre”.
Frente a esto, Salazar plantea que la pobreza no puede seguir midiéndose por las cosas que se tiene, sino que por el nivel de endeudamiento de las personas y familias, en las que se generan tremendos dramas. “Antes, las personas salían a pelear por sus derechos y a manifestarse por sus problemáticas a la calle, pero hoy, toda esa frustración se ha subjetivado, se queda dentro de las personas, lo que explica los altos niveles de violencia al interior de los hogares, entre los vecinos o pares”.
Quizá, arremete el historiador, algo bueno que se puede destacar en este bicentenario es que la educación se ha expandido a las mayorías populares con un promedio de diez años de escolaridad. Pero luego agrega, “aunque esto se mantiene sobre la base de vender educación. Además, es una educación funcional al sistema, hecha para generar la competencia en el mercado y no la solidaridad u otros valores”.
No existe justicia social, ni siquiera como proyecto de Izquierda, reflexiona. “Tampoco tenemos industria, ni clase obrera potente, sino que obreros precaristas o profesionales por honorarios y proyectos, lo que dificulta la organización de los trabajadores, que históricamente es lo que sustenta sus derechos ganados”.
Y 34 MAPUCHES EN HUELGA DE HAMBRE
La fiesta nacional pretende llevarse a cabo paralelamente a lo que está sucediendo con el pueblo mapuche, “desconociendo a los verdaderos dueños del país y siendo mucho más letales que los propios españoles, quienes no pasaron del Bío-Bío”.
Los 34 mapuche presos y en huelga de hambre, suman esta semana más de 60 días sin alimentarse, enfrentando momentos críticos de salud, mientras han encontrando apoyo y solidaridad en distintas agrupaciones sociales nacionales e internacionales, sin embargo el gobierno no ha sido capaz de dialogar y reconocer sus demandas. “Tampoco la discusión se ha instalado como tema país, siendo prácticamente vetado por los medios de comunicación masivos”.
DESAFÍOS MÁS QUE SATISFACCIONES
Luís Emilio Recabarren evidenciaba en la celebración del centenario de Chile, aquella conducta que no está lejana de lo que se proyecta para esta gran fi esta nacional “¿Qué cosa es lo que celebra el pueblo en este aniversario? Lo que en realidad hace el pueblo en esta fecha, estimulado por la burguesía, es gastar su dinero en torrentes de licor que la misma clase burguesa le vende para guardar el dinero en sus cajas insaciables”.
“No hemos aprendido a luchar para desbancar a la camada de políticos que no han resuelto ningún problema de fondo. Que no son más que populistas de feria farandulera”, remata Salazar.
Finalmente, el historiador concluyó que, “lo social hoy día no constituye sustancia en la política, los verdaderos problemas de las personas no los está resolviendo el Estado, el futuro depende sólo del poder popular que se autogestione para fundar por primera vez en estos doscientos años un Estado que genere:
-Industrialización, que permita autonomía económica.
-Una progresiva igualdad de oportunidades, que provoque igualdad social.
-La construcción de un sistema educativo propio, no importado, que permita un desarrollo del conocimiento desde nuestra cultura y fecunde la inteligencia ciudadana.
-Construcción de un Estado que permita una amplia participación ciudadana, que se traduce en democracia política real”.