“Chile tiene una deuda con los pescadores artesanales”
Graves irregularidades en el Servicio Nacional de Pesca y violaciones de los derechos de los trabajadores denuncia el sindicato de pescadores y tripulantes SIPTRICER de Coronel, quienes acaban de fundar la Federación Nacional de Sindicatos de Pescadores Artesanales de Chile, en lucha por “trabajo, justicia y libertad”.
Por Victoria, Diario Uno
En la Caleta Lo Rojas, sector histórico de pesca artesanal de Coronel, nos recibe Hernán Cortés, presidente del sindicato que agrupa a 210 trabajadores de la zona y que este año ha protagonizado la toma del Ministerio de Economía y fuertes protestas en calles y cortes de carretera.
“Las razones son varias porque el mundo de la pesca es complejo o lo han complejizado en desmedro de los trabajadores tradicionales, se trata de un área importantísima para el país, que debiera ser valorada y regularizada competentemente, pero en cambio aquí tenemos discriminación, inequidad, autoridades nefastas apernadas por la Concertación, cesantía, pobreza, burocracia, desigualdad y explotación a los tripulantes”.
MODIFICACIÓN A LA LEY GENERAL DE PESCA
A un nivel macro, el problema para los pescadores con la legislación vigente es lo relacionado a las cuotas y cupos disponibles. Los cupos son el derecho a pescar que se obtiene una vez aprobado el permiso legal, que hoy tiene un valor que supera los cien millones de pesos. “Esto ha generado un desencuentro entre los trabajadores además de situaciones que perjudican a los pescadores históricos”. José Valenzuela, dice que es pescador desde siempre, al menos recuerda que el año 52 ya trabajaba en la mar, “Con esto de que había que regularizarse, para poder tener mi autorización tuve que comprar una nueva lancha que se adecuara a las exigencias, lancha por la que todavía estoy encalillado ya que no me dejan trabajar hace tres años. Son tres años sin poder llevar el sustento a mi hogar aun cuando después de muchas vueltas me autorizaron, los papeles están parados por la burocracia y mala gestión de Sernapesca en la región.
Estoy endeudado y cesante por la ineficiencia de las autoridades, porque nos ven con poca educación y se aprovechan, ya que los cupos no pueden aumentarse, son los que son, por lo tanto en la medida que le quitan permisos a unos, pueden entrar nuevas lanchas a pescar, despojando a los antiguos de la zona, vulnerando nuestros derechos y acrecentando la cesantía”.
Por otro lado, las cuotas se refieren a la cantidad de toneladas que pueden extraer las embarcaciones. Cuotas que no son iguales para todos (miles de toneladas de diferencia) y cuya designación inequitativa genera importantes brechas entre los armadores (dueños de una nave) y sus tripulaciones.
PROPUESTAS DE BASE
Frente a esto Cortés menciona que tienen exigencias claras además de innovadoras propuestas. “Ante el tema de los cupos, deben respetarse los cupos históricos, de quienes trabajan mucho antes de que se empezara a legislar así como indemnizar el daño al patrimonio de quienes no han podido trabajar producto de la mala gestión. Hemos presentado veinte casos a Contraloría porque Sernapesca realmente ha obrado en perjuicio nuestro violando la legalidad establecida, caducando permisos sin seguir los conductos obligatorios lo que a nuestro juicio hace nulas esas decisiones.
Para la equitatividad que debe haber en las cuotas proponemos pisos de toneladas iguales según los tamaños de embarcación (1.600 para las medianas y 2.500 para las grandes).
Entendemos que deben existir las cuotas para que no se depreden las especies, pero sabemos que si tuviéramos la posibilidad de tener una planta autónoma de los trabajadores, donde podamos procesar nosotros lo pescado en vez de tener que vender la materia prima a los industriales, aquí se generaría empleo, se ganaría por el valor agregado, existiría mayor independencia y no sería necesario pescar los inmensos volúmenes que se llevan, por ejemplo, las plantas de harina de pescado.
Por último, exigimos la salida de Félix Inostroza, actual director nacional de Sernapesca por haber evadido nuestras demandas y porque en su actuar hay claros indicios de corrupción, además de un nulo interés por mejorar nuestras condiciones de trabajo y favorecer al sector artesanal”.
ESCLAVITUD EN EL 2010
Otra de las situaciones que como sindicato denuncian, tiene que ver con una costumbre arraigada en el mundo de las caletas que viola brutalmente los derechos de los trabajadores. “Aquí no todo el que sabe trabajar tiene trabajo. Trabajar es un privilegio que los dueños de las embarcaciones dan, una vez que quien quiere ser tripulante en la época de pesca, ha prestado servicios por cuatro meses sin obtener ninguna remuneración”. ¿Eso no es esclavitud? pregunta molesto el dirigente.
“A Chile le falta reconocer a los tripulantes de las embarcaciones que son los más pobres del sector. A los dueños de las embarcaciones se les dio bonos y ayudas por el terremoto, pero a los trabajadores nada y son ellos los que estuvieron meses sin poder sustentar a sus familias, los que no tienen seguros comprometidos ni bancos que les presten dinero. Aquí está mal pelado el chancho y nosotros como sindicato y ahora como federación vamos a ser protagonistas de los cambios que urgen. Chile tiene una deuda con los pescadores artesanales que debe saldar”.
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