domingo, octubre 5

Alternativa concreta a la problemática económica

La agudización en la brecha social que se genera a partir de la inequitativa repartición de recursos y de oportunidades, tiene entre sus causas el factor monetario.

Desde el siglo dieciocho, como una manera de darle el sustento a las relaciones comerciales entre las Metrópolis europeas y sus Colonias, se alzó una arquitectura regulada por monedas como valor de cambio. Se eligió al oro o la plata como respaldo físico, determinándose además que su emisión podría realizarlo cualquier banco particular. Estas entidades, controladas por familias o clanes, como es de prever, en poco tiempo se constituyeron en grupos oligárquicos de sus países.

A pesar de los intentos -a inicios del siglo pasado- de constituir instancias bancarias estatales, como los Bancos Centrales, en la fabricación del dinero como fórmula para democratizar la economía, las dos Guerras Mundiales impidieron tal propósito. Al resultar triunfalista Inglaterra en 1918 implantó la libra esterlina y Estados Unidos en 1945 el dólar, como únicos referentes mundiales. En 1949, la moneda norteamericana se vuelve monopólica.

Lo grave es que desde agosto de 1971 el dólar dejó de contar con respaldo tangible, pues abandonó el patrón oro. Esto implicó hasta el día de hoy que la economía se rija por la especulación, basándose en papeles con membretes. Existe una apariencia de estabilidad, provocado por las políticas de liquidez al mundo financiero, llevados a cabo por las Reservas Federales de Estados Unidos (FED), consistente en comprar bonos ficticios de grupos empresariales usureros internacionales.

El destacado profesor de economía de la Universidad de Atenas, Yanis Varoufakis, autor de Minotauro Globaldescribe a Estados Unidos como receptor de grandes capitales de todo el mundo, merced del dominio del dólar, que le permite en alianza con las transnacionales, reciclar sus déficit fiscales y comerciales en Wall Street u otras Bolsas comerciales. Un tributo que se paga a la unidad monetaria estadounidense, como los atenienses, sumisos a los cretenses, lo hacían con la mitológica criatura. Argentina es un buen testimonio de como los Fondos Buitres quieren doblegarle, a través de un embate económico, traducido en ataques especulativos de sus bancos para forzar una devaluación de ese país. Sin embargo, en diversas partes del orbe pequeños Teseos -aludiendo a Teseo, héroe griego que aniquiló al engendro con cuerpo de hombre y cabeza de toro liberando así a su pueblo- están surgiendo.

En el Estado de Veracruz, desde 2011 se está desarrollando una experiencia socioeconómica entre el pueblo originario de los Totonacas, de intercambio de productos y servicios, basados en su propia moneda social: el Túmin.

El sábado 21 de septiembre, en el Mercado Orgánico de Coatepec, capital del café de México, se efectuó el encuentro “Experiencias en el Totonacapan. Súmate al Túmin, economía solidaria y autogestión”. Con un auditorio de ciento cincuenta personas, mayoritariamente mujeres, se realizó una cuenta y debate público sobre el apoyo mutuo que existe entre los productores, para el intercambio de sus bienes. Informaron que ellos, habitantes del Municipio El Espinal, situado cerca del pueblo petrolero Poza Rica, al norte de Veracruz, con veintitrés mil habitantes y conformados por propietarios de pequeños predios agrícolas y brindadores de servicios, se encontraron con que su obstáculo mayor era la comercialización.

Les era imposible fijar precios justos, pues eran los intermediarios -entre productor y consumidor- y no el mercado quien determinaba el importe. Se plantearon por tanto, como modo de continuar y desarrollar su economía local y familiar, activar el trueque entre ellos para satisfacer sus necesidades reales y no las impuestas por los “dictadores de los gustos”. Concluyeron que sus recursos debían descansar en la comunidad, y distribuirse las ganancias generadas, optando por unificarse ciento cincuenta productores para organizar un Mercado de Ayuda Mutua, comunitario, autónomo y solidario.

Complementados activamente por un grupo de docentes y estudiantes de antropología de la Universidad Veracruzana preocupados de la vinculación intercultural, los residentes de El Espinal asumieron que la mejor fórmula para preservar un cambio justo de compra y venta de sus bienes era poseer un nuevo signo monetario, al que nombraron Túmin, reedición de la moneda existente en esta zona en tiempos prehispánicos.

Todo comenzó con la asociación de los productores que mediante asambleas designaron un comité bancario, autorizado para emitir una cierta cantidad de Túmin. Al principio el nuevo billete circuló sólo entre los habitantes del Municipio El Espinal. Estaba claro, por tratarse de un dinero local, que requería un sólido sustento real, que evite caer en la especulación y por lo tanto jugar con las reglas dominantes de los intereses y la usura. Por ello el patrón de respaldo empleado es el potencial de producción y de trabajo, lo que avaló la cantidad de dinero emitido. Una de sus exigencias es que el 10 por ciento de lo producido sea depositado en un Fondo de Compensación, para mitigar futuros reveses económicos. Esta moneda es a palabras de sus usuarios un valor de uso y no de abuso, como acontece con el dólar que para legitimarse recurre a una suma de intereses bancarios. Al ser su paridad igual al peso mexicano, sus operaciones comerciales son ágiles. Para incentivar su uso, se aplican promociones tales como que el Túmin pague una fracción de ganancia mayor que el peso mexicano. Otro elemento que da confiabilidad son las asambleas mensuales que realizan los agricultores adscritos al comité, que efectúan seguimientos y ajustes según los acontecimientos que se vayan dando. Toda la información es pública y difundida en su periódico impreso Kgosni.

La moneda se ha expandido a otros lugares geográficos y ha comenzado a circular en comercios establecidos de rubros como farmacias, ferreterías y en personas que prestan servicios como médicos, profesores o abogados. Esta situación de masificación y buen recibimiento, motivó que el Banco de México ,instancia rectora del aparato financiero formal, viera un peligro para su orden monetario multinacional, al denunciar penalmente al Túmin como instrumento subversivo, por poner en peligro al Peso, pudiendo potencialmente llegar a sustituirlo. Investigaciones de la Procuraduría General de la República, máximo exponente jurídico del país, después de varias pesquisas optó por congelar el proceso judicial.

Juan Castro, antropólogo profesor de la Universidad Veracruzana y coordinador del proyecto, comentó en el encuentro “muchos son los yerros que cometemos, donde el retroceso predomina, pero estamos convencidos que si avanzamos es fruto de la experiencia. El Túmin es una escuela de aprendizaje cotidiano”.

Actualmente, el 29 de agosto de este año, el V Foro Internacional sobre Cooperativismo y Economía Solidaria, realizado en Ciudad de México, señaló en el punto seis de su declaración final que Se acuerda apoyar la campaña que impulsan los compañeros del Túmin, a fin de que esta moneda social alcance una mayor cobertura a nivel nacional.

Toda esta experiencia concreta y contingente me hace reflexionar que Teseo existe y que actúa aunando fuerzas, expresada por ejemplo en la Red Global del Trueque. También me hace recordar que en Chile, desde el año 1945 hasta la muerte de Ernesto Miranda (dirigente obrero de la CUT, representante del anarco sindicalismo y del sector del cuero y del calzado) se planteó un modelo alternativo monetario.

Miranda y su equipo realizaron por años estudios sobre los procesos financieros y plantearon como solución algo muy similar a lo acontecido en México, agregándole que para evitar la acumulación, estos billetes debían tener fecha de caducidad a los noventa días. Todo su trabajo y propuesta está en diversos artículos y documentos ergonómicos, quizás esperando que llegue el momento de que algún grupo productivo o prestador de servicios se decida a ponerlo en práctica.

Oscar Ortiz.

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