No era más que un ingenioso híbrido de principios flexibles, un delfín con dientes de piraña. (Anorak Emutiaa)
En la comuna de Vilcún, localidad cercana a La Araucanía, un ataque incendiario cobró la vida de dos comuneros Mapuche. Werner Luchsinger, de 75 años, y su esposa Viviane Mackay.
Alrededor de 20 policías enmascarados, según estimaciones, llegaron hasta la ruca de los veteranos moradores, esparciendo elementos inflamables, amén de destrozos contra el inmueble, situación que finalizó con la pareja falleciendo en el lugar.
Las informaciones hablan que el anciano, haciendo uso de un revólver, disparó contra los agresores desde el segundo piso de su casa. Mientras tanto, su esposa, llamó telefónicamente a sus familiares, pidiendo ayuda.
Alrededor de unos 15-20 minutos después de las llamadas realizadas, la gente que llegó al terreno, sólo se encontró con un incendio de proporciones.
Nótese el cobarde actuar del grupo atacante. Casi veinte policías, para hacer frente a dos abuelos, uno armado con un revólver de bajo calibre, y otra persona con un celular.
La cloaca muscular que algunos portan, y que por este simple hecho, se hacen llamar humanos, queda en deuda.
Débito de oraciones que serán declamadas, canciones en ciernes para con el par de viejos hervidos y recocidos por su propia sangre, ebulliéndoles a través de los brazos, y la aorta como una larva en rescoldo de brasas que no se apaga. Vendrán poemas de versos en luto a cubrir la partida inconclusa de aquellos dos que ya no están.
Se presiente, muchedumbres alzando los puños en contra de tanto salvajismo, en contra de la horrorosa muerte acaecida.
Sensación de Atención Dispersa
Debido a un impasse transitorio cromosomático cerebral, es que he leído o malentendido la noticia y el cuerpo de la misma. Entonces, realizo las aclaraciones pertinentes.
Los afectados por el ataque incendiario, no son dos Mapuche, repito, no son Mapuche.
En realidad fueron dos terratenientes de orígenes extranjeros. Racistas, abusadores, malos, explotadores, viles, bajos, clasistas, invasores, infames y un largo etcétera. Ante lo cual, los poemas, las velatones, las canciones, los homenajes, se suspenden terminantemente.
Han muerto docenas de mapuche, en forma bastante penosa, otros en forma bastante siniestra. Y, encima de ello, muchos ejecutores de dichas villanías, se pasean libres y campantes por los campos. Pero aún así, igual asoma una reflexión. ¿Quién se merece esto, este tipo de muerte? ¿Quién llega hasta los 70, pensando que será quemado vivo junto a su perro y sus seres queridos?
Que levante su antorcha, el que esté libre de cualquier avaricia. (Humana o divina)
Comandante Fracaso
La acción realizada, requiere una planificación previa. Un estudio del objetivo. (Semanas, meses, años). Esto no parece una decisión trasnochada de año nuevo.
Se recolecta la información acerca de la finalidad a seguir. Lo recabado se le entrega a un mando superior, el cual determina el cómo actuar. (Abstenerse de pensamientos paranoicos, así funciona todo, desde dentistas hasta electricistas)
Entonces, con un plano, un croquis, un dibujo, una foto, horarios y hábitos, se estudia el objetivo a seguir.
Aparece a la hora señalada el grupo ejecutor y comienza la acción. No habrá preguntas como, ¿Y esta muralla, ó y este jardín, de dónde salió?
Es decir, sí la idea es quemar un inmueble, como última medida ante un estado tiránico, y con ello, realizar o realzar la lucha en cuestión. Dejar la puerta de la cocina libre de fuego, para que la gente pueda huir de las flamas, sería una muy buena medida a seguir.
Gritarles que salgan, que no se les hará daño, que mejor emerjan, que serán juzgados por crímenes contra la humanidad, que se larguen, cualquier cosa que linde con valores humanos sublimes, que algunos esgrimen como pertenencia exclusiva, sólo de los librepensadores y progresistas. Aquello denotaría cierta gran diferencia con otros sectores y hubiese ayudado bastante.
Si nada de esto se realizó, o no se contempló la reacción de los inquilinos, la acción es un fracaso total.
¿Y si los nietos se hubieran quedado después de las festividades?
Tal vez, utilizar la exquisita combinación idiomática de “Daños colaterales” sea también, una buena idea para suavizar la culpa o tranquilizar la conciencia de algunos.
Si la idea era quemar vivos a un par de abuelos abusadores, entonces no hay tal Comandante Fracaso, sino un victorioso Comandante Psicópata. Al final, para qué tanta exageración, el humo los ahogó, simple asfixia, les dio un ataque el corazón y sufrieron la nada misma. La tortura ante tamaña situación, no es tan grande o estresante. Se lo merecían, eran terroristas de derecha, especialmente, y sobretodo, abusadores, por ello el trato impuesto.
¿Dejarlos quemar? ¿Se quedó alguno a ver el espectáculo?
Hay quienes son más papistas que el papa, algo parecido, quizás ocurre con algunos entes solidarios con la causa Mapuche. Intentan forzar cierto tipo de reacciones de la masa, a su favor, y hasta ahora, pareciera que el único estado que han impuesto, es el estado de duda en bastantes sectores.
La acción insurgente de año nuevo y su quizá, guiño a la iniciativa zapatista en México, en las mismas fechas, degusta un hálito extraño en las pupilas pasmadas.
Sí el objetivo hubiese sido otro, con otros actores, atacar un contingente armado de usurpadores, un batallón de invasores, no sé, algo un poco más arriesgado o equiparado, con gente que pudiera defenderse o por lo menos sin caderas rotas o tener buena vista y ver a lo que se enfrentan, las reacciones y opiniones, quizás serían muy distintas.
Como aquello de Octubre 88 y el poblado de Los Quéñes. Críticas a favor o en contra, pero, obviamente el accionar de los comandantes Magni y Pellegrini, fue lejos, más elegante.
¿Cuando la policía ataca a gente indefensa, cómo reaccionamos, qué sentimos?
El calco que algunos insisten en contrabandear, a lo mejor es mala idea a seguir o tal vez, las manos que calcan son las torpes. Sin un eje de masas, pleno y rebosante de estudiantes, de trabajadores, de pobladores y gentes de a pie, cualquier causa parece lejana.
Especialmente sí se deja sólo en manos de dioses revolucionarios, que bajan de vez en cuando de sus Olimpos personales, a limpiar la maldad de los opresores.
Posiblemente aquello de querer encender una hoguera con una simple chispa, sea la idea de varios.
No es lo mismo un pueblo en armas, en llamas, organizado, que un grupo selecto repartiendo hogueras a domicilio, como quien reparte pizzas del averno.
Cuando las falencias políticas y organizativas fallan o son mediocres o artificiales, quizás, este tipo de acciones sean las más obvias, para algunos. Pero no en manos de psicópatas, megalómanos o mediocres con aires de rebeldes de la realeza.
Como el Socialismo y otros ismos prohibidos, no están de moda, algunos listos se pasan al Indigenismo, rápidamente. Les es más cómodo y fácil acoplarse a una causa ya armada y fundamentada en sí misma, que tener que quedarse y levantar o reorganizar su entorno.
En resumen, este hecho, a mirada rápida, parece que traerá nefastas consecuencias políticas y sociales, a los Mapuche. No asoma ganancia alguna por entre el humo impuesto, sólo represión y más control social.
Nunca faltan los que se excitan y lubrican sus mentes, con fantasías políticas, e imágenes truculentas y cinematográficas de entradas victoriosas contra palacios déspotas y ellos portando las banderas que nos liberen a todos de otros, para tener que alabarlos a ellos.
En todos lados se cosen balas, y obviamente no faltará el psicópata de cualquier raza o laya, con cero empatía o respeto hacia la vida, que fundamente como buen inquisidor, lo purificador de las llamas, contra los malvados. (¿Rodrigo Rojas, por ejemplo?)
Solácese con este desenlace de dos invasores quemados, y al mismo tiempo llore por los torturados y el pleno respeto para con los Derechos Humanos.
Qué valiente es el cobarde, cuando está a salvo
Estos son mis principios, sino le gustan, tengo otros. (G. Marx)
Andrés Bianque Squadracci.
1 comentario:
Creo que el articulista es muy valiente al escribir sus lúcidas reflexiones.Estoy plenamente de acuerdo en que tal acción solo va agudizar este bicentenario conflicto entre Estado y pueblo mapuche.Estoy seguro-porque lo ví algunas veces-que se formará una alianza entre guardias blancas de terratenientes y los cuerpos represivos del Estado,que aplicarán sus leyes de guerra ofensiva contra una escuálida acción defensiva mapuche.Y sin duda, quiénes prestan una gran ayuda-sospechosamente- son los autoproclamados " comandantes"( de signo izquierdita), que desconociendo las más elementales leyes de la objetividad y subjetividad,inician " guerras populares y prolongadas".El problema es que el Estado y su clase dominante,no están dormidos ni ocultos.Nuestras oligarquías, creadoras de está república,saben responder:con represión.Por ello tengo copernicanas posturas con los colegas históriadores,que analizan desde sus téorias las luchas sindicales o sociales y su consiguente receta, muchas veces trasnochadas.
Soy un convencido,que solo conviviendo con ellos,haremos una correcta política revolucionaria.Lamentablemente parece que reflota la antigua ley que imperaba en los tiempos de adolescencia de mi mamá:la del Talión.
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